Las Tortugas No Somos Mascotas: una iniciativa para visibilizar la problemática del tráfico y mascotización de tortugas

octubre 15, 2020
Detrás del tráfico de tortugas existen hechos y consecuencias poco conocidas. La cadena del tráfico de vida silvestre esconde mucho sufrimiento y destrucción a los ecosistemas; las tortugas son sacadas de ríos y bosques cuando apenas son unas crías. Son transportadas, en algunos casos envueltas en cintas de embalar, amarradas, o cubiertas de plástico, colocadas unas sobre otras dentro de cajas de cartón o maletas. Pasan horas e incluso días sin agua y sin comida. Las pocas que sobreviven son vendidas como mascotas. 8 de cada 10 individuos silvestres víctimas de este proceso ilegal mueren antes de llegar a su destino como consecuencia del maltrato, el miedo y el estrés.

El destino final de estos animales es la muerte o la condena a una vida en peceras o espacios artificiales para que sobrevivan lejos de sus hábitats. En otros casos son cazadas para el uso de su caparazón o para la venta de su carne. Sin duda es una especia altamente vulnerada, y pese a existir una normativa que las protege y noticias periódicas reportando el decomiso de tortugas, existe poca sensibilización de la ciudadanía sobre el tema. A diario, los centros de rescate del país reciben tortugas terrestres, acuáticas y semiacuáticas que viven como mascotas dentro de espacios domésticos reducidos.

Esta realidad ha impulsado al Zoológico de Quito a proponer acciones de formación ciudadana enfocadas a la no mascotización de tortugas a través de la campaña Las Tortugas no Somos Mascotas. Es necesario que la ciudadanía conozca esta problemática que afecta directamente a la salud de los ecosistemas por tanto también a la salud humana, promover educación ambiental, destinada a evidenciar las amenazas que enfrenta la fauna silvestre en el país, y transformar la relación de las personas con la vida animal. Adultos, jóvenes y niños deben saber que las tortugas, y ningún animal silvestre, son mascotas. “Esta campaña fue planteada desde la necesidad de visibilizar el problema del mascotismo y el tráfico ilegal, para que a más gente le incomode el mascotismo de tortugas», manifestó Martín Bustamante, Director del Zoológico de Quito.

Día a día, el Zoológico de Quito y otros centros de rescate del país son testigos de la relación indiferente y de destrucción que existe contra la vida silvestre. Llegan tortugas con caparazones destrozados, mordeduras de perros, enfermedades en su piel, deformaciones. Una parte de las tortugas son entregadas por personas que las compraron porque no sabían que no son mascotas. En ocasiones dicen haberlas recibido como regalos para los niños de la casa, que fueron abandonadas por vecinos o encontradas en medio de una carretera y hasta en la basura.   

Al vivir fuera de su hábitat natural, las tortugas desarrollan varios problemas físicos porque no gozan de condiciones adecuadas para su desarrollo. Muchas personas que tienen tortugas como mascotas mencionan que les dan el cuidado necesario porque les tienen en peceras y las alimentan bien, pero esto no es suficiente. Al limitar su espacio, las tortugas sufren y no afrontan un proceso natural de desarrollo. 

A inicios de la pandemia, una tortuga motelo (Chelonoidis Denticulata) llegó hasta el Zoológico de Quito. La persona que la entregó dijo que la había encontrado “en la carretera desde el Oriente porque la iban a atropellar”. Luego de hallarla, intentaron mantenerla como mascota, “pero como no comía, se decidió dejarla en el Zoológico”. 

A simple vista, este caso parece no mostrar una gravedad considerable, pero explica un contexto verdaderamente preocupante: las tortugas forman parte de las especies silvestres que más llegan a la clínica del Zoo, y forman parte del grupo de especies que sufren mascotización frecuente, junto con loros y monos. 

Desde el 2019 hasta octubre de 2020, el Zoológico ha recibido 113 tortugas de algunas variedades, como motelo, pintadilla, mordedora o taparrabo. Inclusive, llegaron 4 tortugas de orejas rojas, una especie exótica que no es propia de Ecuador. La mayoría llegan con síntomas comunes como deshidratación, decoloración y golpes en el caparazón y laceraciones en diferentes partes de su cuerpo. Existen también ciertos casos de pacientes que llegan con fracturas en placas marginales, diarrea, ausencia de miembros pélvicos, entre otras consecuencias del mal manejo y la tenencia ilegal.

En agosto, al Zoológico llegaron 2 tortugas marinas extraídas de las playas de Tonsupa durante un feriado. Este hecho lamentable despertó otra alerta grave: la extracción de crías de tortugas marinas para llevarlas a la ciudad, con la intención de convertirlas en mascotas, lo que evidencia la poca empatía de las personas hacia los animales, el desconocimiento sobre esta especie y un accionar sin conciencia ambiental. 

Las playas no son vistas como ecosistemas naturales que deben ser protegidos; los turistas las llenan de basura, los huevos de tortugas son extraídos, atacados por perros o aplastados por llantas de vehículos. A eso se suma la cantidad de basura marina con la que las tortugas viven dentro del mar, enfrentando el riesgo constante de consumir elementos extraños y nocivos para ellas, mutaciones de sus aletas y, en muchos casos, la muerte. Este hecho pone en peligro a la especie desde hace años, y es una situación que organizaciones que trabajan en el rescate y conservación de tortugas marinas han intentado evidenciarlo masivamente.

Un problema urgente que pide soluciones desde la acción ciudadana

Para enfrentar esta crítica realidad de las tortugas, desde el sábado 24 de octubre, el departamento de Educación para la Conservación del Zoológico de Quito, con el apoyo del Vivarium de Quito, Equilibro Azul, Fundación Jocotoco, Red Divulga Ciencia, SaraWarmi, Fibios Comunicaciones y el Centro de Rescate de Fauna Marina del Parque Nacional Machalilla, lanzaron la campaña para fomentar el conocimiento sobre el problema del tráfico ilegal y mascotización de tortugas. «Es necesario generar un trabajo colaborativo que aporte desde nuestras disciplinas a estos procesos de educación y conservación ambiental», indicó Gabriela Arévalo, directora de Educación para la Conservación del Zoológico de Quito.

Sus cuentas de Facebook, Instagram y Twitter serán las principales plataformas para la difusión de esta iniciativa. Además se han creado algunos materiales educativos dirigidos a niños y niñas, se realizan talleres y actividades de sensibilización en el Zoológico  y en el Vivarium de Quito, así como una agenda de varios webinars con enfoque de divulgación científica. 

Belén Calderón, comunicadora de Fundación Jocotoco, señaló que para ellos es importante esta iniciativa, ya que ayudará a difundir el mensaje urgente de protección a especies marinas, un propósito indispensable para su objetivo de mantener a salvo nidos en Ayampe y en Esmeraldas. Por su parte, Roberto Vallejo, Director de Red Divulga Ciencia, expresó que la campaña es imprescindible para que la gente conozca la realidad crítica que enfrentan las tortugas, con el fin de que se despierte la empatía necesaria para fomentar mejores prácticas por el bien de la fauna silvestre.

Lucía Chávez, representante de Sarawarmi, y Ana Espinoza, de Fibios Comunicación Ambiental, contaron que han establecido un plan conjunto de trabajo para la campaña, el cual consiste en una propuesta que se basa en historias de mascotismo, desarrolladas en un contenido animado e ilustrado, que facilitará una percepción de público infantil. Mientras tanto, Rubén Alemán, encargado del Centro de Rescate de Fauna Marina en el Parque Nacional Machalilla, agradeció la colaboración de las instituciones que impulsan la campaña, y destacó que su misión esencial es trabajar por la protección y conservación de las tortugas marinas en Ecuador.

Finalmente, Tamara Bustos y María Elena Barragán, en representación de la Fundación Herpetológica Gustavo Orcés y del Vivarium Quito, hicieron referencia al grave problema del mascotismo de tortugas y a la necesidad por erradicar esa mala práctica desde niños hasta adultos. Ellas indicaron que el Vivarium también recibe permanentemente tortugas víctimas de mascotismo.

Sé parte de esta acción, participa de actividades programadas y comparte contenidos con el #LasTortugasNosonMascotas. En este enlace encuentras algunas contenidos para que nos apoyes compartiendo en tus redes sociales:

https://www.quitozoo.org/las-tortugas-no-somos-mascotas/ 

A lo largo de 4 semanas, el material elaborado para Las Tortugas No Somos Mascotas se enfocará en difundir información relevante que contextualice la dramática realidad que soportan las tortugas. Los contenidos brindarán estadísticas sobre tráfico y mascotización de tortugas, datos biológicos de especies terrestres, acuáticas, semiacuáticas y marinas, casos de individuos que han llegado al Zoológico de Quito y a centros de las organizaciones aliadas e historias emblemáticas que revelan el problema que motiva esta campaña.

Participa de la serie de Webi-Tortugas: acción para su conservación, conversatorios en vivo con expertos en fauna silvestre, cuyos criterios ayudarán a reforzar los mensajes de esta campaña. El primer webinar será este jueves 29 de octubre a las 17:00, en el que participarán Julia Salvador, Coordinadora del programa de lucha contra el tráfico de vida silvestre de WCS, y Eliana Molineros, Directora de la Fundación Proyecto Sacha. Ambas analizarán la crítica realidad que sufren estos animales en Ecuador y en otros países de la región. El resto de webinar programados se realizarán los jueves 5, 12 y 19 de noviembre a las 17h00, en el que se abordarán temas sobre la biología y vulnerabilidad de las tortugas, proyectos de conservación y la cosmovisión, etnografía y relación cultural alrededor de las tortugas.

Conéctate Al Zoo Va a Tu Casa el sábado 22 de noviembre a las 10h30

Este proyecto, con fuerte enfoque de edu-comunicación, desarrolla dos programas educativos dirigidos especialmente a los más pequeños con una transmisión en vivo desde el Zoo de Quito. Más info: https://www.facebook.com/events/670544923606388/

Visita Zoo de Quito y el Vivarium. Paralelamente al desarrollo de esta campaña de divulgación virtual, el Zoológico y el Vivarium de Quito invitan a la comunidad a visitarlos, porque también están preparadas algunas actividades de sensibilización sobre la protección de las tortugas.

El artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona con pena privativa de libertad de uno a tres años a “la persona que cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice, especímenes o sus partes, sus elementos constitutivos, productos y derivados, de flora o fauna silvestre terrestre, marina o acuática, de especies amenazadas, en peligro de extinción y migratorias, listadas a nivel nacional por la Autoridad Ambiental Nacional, así como instrumentos o tratados internacionales ratificados por el Estado”. Cualquier denuncia vinculada a esta acción ilegal se debe realizar al 1800AMBIENTE (26243683)  o en el 911.

#LasTortugasNoSonMascotas

 

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