Esta pequeña tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) llegó en agosto del 2020 a la clínica del Zoo. La tomaron de un desove que se dio en las playas de Tonsupa. La persona que la trajo indicó que recibió a la tortuga como un recuerdo traído de un viaje a la playa. Este es un hecho que atenta directamente contra la biodiversidad y los ecosistemas marinos. Es incomprensible que estas acciones ocurran; extraer especies de su hábitat es ilegal, el daño que sufre el animal es irreparable y se continúa afectando al ecosistema.
Para atender este caso, el Zoológico recurrió a la asistencia de expert@s en fauna marina, quienes asesoraron al equipo de Bienestar Animal para preparar un tanque adecuado donde pueda alojarse temporalmente a la tortuga. Además, se le suministró oxígeno a través de un tanque especial, para que este animal, de pocos días de nacido, no sufra efectos por los 2850 metros sobre el nivel del mar en los que se encuentra Quito.
Todos los días, el equipo veterinario del Zoo monitoreó la saturación de oxígeno en su sangre, efectuó control de peso y estuvo pendiente de otros indicadores de salud del animal, así como de la temperatura y calidad del agua.
Una semana después de su llegada, esta tortuga fue trasladada hacia el Centro de Rescate de Fauna Marina del Parque Nacional Machalilla, junto con otra golfina que sufrió una extracción similar. Afortunadamente pudieron ser liberadas en la Isla de la Plata.
#LasTortugasNoSonMascotas no las saques de sus mares, ríos, de sus hábitats. No las compres, no las mascotices, no apoyes el tráfico ilegal de especies ni seas parte de la destrucción de la vida silvestre.
A continuación puedes ver una serie dedicada a este caso, para que conozcas más pormenores: