Uilli-uillis fueron rescatados de una quebrada contaminada

agosto 4, 2022
En días pasados, moradores de la Cooperativa de Vivienda Alianza Solidaria en Quitumbe, al sur de Quito, notaron que en la Quebrada Ortega, donde se ha restaurado el ecosistema nativo y se mantenían ojos de agua y charcas con uilli uillis, estaba contaminada con el vertimiento de aceite automotriz quemado. Esto provocó daños en la vegetación y profunda contaminación que han afectado a los uilli uillis que aquí habitaban. La denuncia de la organización barrial convocó la acción de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), Secretaría de Ambiente del Municipio de Quito, Petroecuador y Zoológico de Quito, para establecer acciones de rescate y limpieza de la quebrada.
Esta quebrada ha sido gestionada como espacio público y lugar de encuentro social en torno a la naturaleza. Además, la zona está apenas a 200 metros de la primera planta de tratamiento de aguas residuales que ya está funcionando en Quito. Es lamentable el daño ambiental y el deterioro de la calidad del agua, por acciones equivocadas que no miden el perjuicio que se genera a biodiversidad de la zona. Espacios como este son necesarios para que la ciudadanía establezca una buena relación con las quebradas.
 
Tristemente, encontramos varios renacuajos muertos en la zona y otros con problemas de salud como hemorragias. Los que pudimos rescatar se encuentran en nuestro laboratorio de manejo, donde estamos desarrollando todos los esfuerzos para recuperarlos y brindarles calidad de vida.
 
 
Los renacuajos llegaron con excesiva cantidad de aceite en el interior y en el exterior de sus cuerpos. Para mitigar ese problema fueron colocados en recipientes con agua limpia, donde se adecuó el espacio con elementos que se encuentran en las pozas que crecen, y paulatinamente se les da un baño con agua purificada. Lechuguines y plantas acuáticas sirvieron para la absorción del aceite.
Durante algunos días, el olor y la consistencia del aceite en el agua aún permanecía. Esto obligó a cambiar varias veces el agua y los recipientes, para evitar que los renacuajos sigan propensos a contaminarse. Una semana después de su llegada por fin se dejó de percibir los resquicios de aceite.
Sus cuidadoras las alimentan dos veces al día y observan constantemente el estado de sus cuerpos, ya que algunos llegaron con manchas que indicaban su grave estado de salud, aunque poco a poco han ido desapareciendo esas señales. La distribución de estos uilli-uillis, en nuestro laboratorio especializado para atender a esta especie, se basó en el nivel de gravedad que mostró cada uno al llegar.
Algunos ya completaron su metamorfosis, otros no lo lograron, a los cuales se les analizó el estado de su cuerpo y pudo detectarse severas consecuencias en la piel, en su sistema vascular o en sus hígados, por la nociva presencia de aceite en su organismo. Pero los que se han sobrevivido presentan también signos claros de recuperación, como el color de sus ojos que ya no están rojos, como llegaron la mayoría.
Este proceso seguirá efectuándose con mucha rigurosidad, encaminados a recuperar completamente a estas ranas, para que vuelvan a las charcas limpias de Quito.
 
 
Esperamos mayor compromiso ciudadano por evitar malas prácticas contra todas las formas de vida y entornos naturales con los que compartimos el planeta. Desde el Zoológico de Quito nos comprometemos a cuidar a los renacuajos y acompañar su posible recuperación y en caso de que sea posible devolverlas al lugar del que provienen.
 
 

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