El QuitoZoo es un mundo silvestre por descubrir

marzo 3, 2024

Nuestro planeta respira a través de las múltiples especies de vida silvestre que lo habitan. Y en lugares como el QuitoZoo hay la posibilidad de aproximarse a una significativa cantidad de especies de fauna y flora, entre la población de animales que se refugia y en el parque donde habitan, que es un remanente de bosque seco.

En las 12 hectáreas donde se establece el Zoológico de Quito en Guayllabamba, habitan cientos de especies silvestres de flora, como cholanes, salvias, pencos o algarrobos, y de fauna nativa, entre las que destacan zarigüeyas, guagsas, ranas marsupiales o aves insectívoras y frugívoras, como el pájaro brujo, huiracchuros, colibríes, tangaras, mirlos. Igualmente, una variedad incontable de insectos.

Actualmente, en este centro de rescate se encuentran 508 animales bajo cuidado profesional, en la zona del parque, clínicas y cuarentenas. Son aves, mamíferos, reptiles y anfibios que pertenecen a 103 especies.

Esta población vive bajo cuidado profesional debido a causas que representan amenazas severas contra la conservación: el tráfico de vida silvestre y el mascotismo. El regreso al hábitat de algunos animales que son víctimas de este contexto depende de factores como su condición de salud, que debe ser estable, así como su comportamiento, que no tiene que perder sus cualidades naturales, de lo contrario, eso implica que el animal ha perdido sus capacidades de sobrevivir en el medio silvestre y debe mantenerse bajo cuidado humano.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) difundió el año pasado la Declaración de Posición sobre el papel de los jardines botánicos, acuarios y zoológicos en la conservación de especies. Este documento especifica los aspectos fundamentales que sustentan la importancia que tienen instituciones como el Zoológico de Quito para fomentar la conservación de la vida silvestre, desde los diferentes tareas que se cumplen diariamente, como la atención veterinaria,  investigación, educación, entre otras.

En una parte de la declaración se menciona que “muchos jardines botánicos, acuarios y zoológicos incluyen la conservación como elemento central de su misión y están cada vez más involucrados en los esfuerzos de conservación locales, nacionales y globales a través, por ejemplo, de la participación comunitaria, el monitoreo de las especies, la investigación ética, educación, apoyo, una financiación significativa para los distintos esfuerzos de conservación, el acceso a experiencias basadas en la naturaleza y la gestión de especies tanto in situ como ex situ”.

En el QuitoZoo, la Educación para la Conservación es un eje fundamental que complementa la labor de cuidado a los animales, ya que se enfoca en fomentar en la ciudadanía una relación responsable con los animales y con la naturaleza en general. Campañas edu-comunicacionales, programas educativos, proyectos de vinculación con la comunidad en espacios urbanos con presencia significativa de biodiversidad nativa, son algunas acciones permanentes que este centro de rescate impulsa para conseguir ese objetivo que también es una base imprescindible para combatir el tráfico de vida silvestre y el mascotismo.

Según datos de Wildlife Conservation Society (WCS), en Latinoamérica habita aproximadamente el 40% de la biodiversidad mundial. Además, solo en la cuenca del río Amazonas existe entre el 15% y el 25% de la totalidad de agua dulce del mundo, además del 20% del oxígeno que respiramos en el planeta.  Mientras que en Ecuador, cuyo territorio es apenas el 0,2% del área total de la tierra, tenemos alrededor del 10% de todas las especies de biodiversidad del planeta. 

La destrucción de los hábitats naturales, la contaminación, las especies invasoras, el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales, son factores que ponen en peligro a la vida silvestre. Ahí consta el tráfico de vida silvestre, de especies de flora y fauna, como explotación de recursos naturales, porque el fin es comercializarlos después de extraerlos de su hábitat, donde cumplen roles ecológicos imprescindibles.

Frente a ese contexto, el papel de instituciones como el Zoológico de Quito se vuelve crucial. La posibilidad que estas tienen de llegar a la comunidad con educación y mensajes concretos de sensibilización, permite que se fomente la formación de una sociedad más responsable con su planeta, desde el respeto que debe tener por la vida silvestre.

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