El Zoológico de Quito emprenda una campaña para recaudar fondos que permitirán construir un espacio de 3.000 m² adaptado al hábitat natural de la osezna andina.
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El Zoológico de Quito anunció hoy el lanzamiento de la campaña “Un hábitat para Sisa”. Esta iniciativa tiene como objetivo recaudar fondos para la construcción de un nuevo espacio en una de las quebradas del Zoológico, especialmente diseñado para que una osezna andina de aproximadamente 7 meses de edad, pueda crecer y desarrollarse bajo cuidado profesional en condiciones que emulan su entorno natural.
El pasado 12 de agosto de 2024, la ciudadanía de la parroquia de Angamarca, en el cantón Pujilí, alertó al Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MATE) sobre la presencia de un pequeño oso encadenado en una vivienda. En pocas horas, la Unidad de Policía especializada en temas ambientales y la delegación del MAATE intervinieron en el caso. Se trataba de una pequeña osezna separada del cuidado de su madre a las pocas semanas de nacida. Fue trasladada a Latacunga, al Hospital Veterinario Planeta Vida donde recibió atención médica integral y los cuidados clínicos para recuperarse de la deshidratación y el estrés sufrido, para mantenerla estable.
Debido a la temprana separación de su madre (antes de su primer mes de vida), Sisa no pudo completar procesos esenciales como la lactancia y el aprendizaje de comportamientos naturales de los osos andinos. Ante esta situación, una mesa técnica conformada por representantes de la autoridad ambiental y especialistas del grupo de oso andino recomendó que el manejo del caso pasará a manos de un zoológico. Se descartó la opción de rehabilitación con miras a una eventual reintroducción en estado silvestre, dada la complejidad y las incertidumbres inherentes al proceso de reaprendizaje.
Un hábitat adaptado a su entorno natural
El Zoológico de Quito propuso un plan para asumir la custodia de la osezna rescatada y desarrollar el manejo individualizado que le brinde las mejores condiciones de vida. Para ello, se diseñó un ambicioso proyecto que transformará 3.000 m² de la ladera de quebrada del Zoológico en un hábitat adecuado para Sisa. Este espacio, ubicado en un remanente de bosque seco interandino, cuenta con condiciones ideales gracias a su relieve y amplitud.
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El nuevo recinto no sólo conservará las laderas y pendientes características del territorio andino, sino que también se enriquecerá con vegetación nativa. Además, se construirán áreas diseñadas específicamente para estimular los comportamientos naturales de la osa andina, tales como una poza de agua para el baño, estructuras para escalar, plataformas de descanso y zonas cubiertas que permitirán un manejo controlado de las condiciones ambientales.
David Mora, director de Bienestar Animal del Zoológico de Quito, explica que este tipo de recinto para la osa se diseña como un “hábitat construido con el fin de promover oportunidades para satisfacer las necesidades de esta especie. El espacio va a permitir la presentación de comportamientos propios de acuerdo a lo reportado en osos andinos en vida silvestre. Además, Sisa podrá desarrollarse en un entorno estimulante a nivel cognitivo y físico, lo que permitirá garantizar bienestar animal”.
Sumamos corazones para crear “Un hábitat para Sisa”
La construcción de este espacio permitirá que la osezna Sisa crezca en un entorno adaptado a su hábitat natural, recibiendo el cuidado profesional necesario para su desarrollo. Este proyecto requiere un financiamiento que solo será posible con el apoyo ciudadano y empresarial. Por ello, el Zoológico de Quito lanza la campaña de crowdfunding Un hábitat para Sisa, con el fin de recaudar donaciones. La imagen de la campaña simboliza las manos y corazones que se unirán para hacer realidad este hábitat para Sisa.
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Las donaciones se podrán realizar a través de este sitio web: https://www.visitaquitozoo.com/event/un-habitat-para-sisa
Fotografías de donantes crearán un gran muro digital, para evidenciar el compromiso y apoyo a este propósito y construir un símbolo colectivo de apoyo para Sisa.
También se aceptarán transferencias bancarias en la siguiente cuenta:
Cuenca corriente No 3037077804
Banco del Pichincha
Fundación Zoológica del Ecuador
RUC 1791285972001
(enviar tu comprobante a quitozoocomunicacion@gmail.com)
Además, se hace un llamado especial a las empresas a apoyar esta causa, uniéndose al programa de apadrinamiento empresarial.
Los fondos recaudados se destinarán íntegramente a la construcción y equipamiento del nuevo hábitat, garantizando un espacio seguro y enriquecedor para la osa Sisa, y sirviendo como modelo de buenas prácticas en el manejo y preservación de especies silvestres bajo cuidado humano.
Martín Bustamante, Director del Zoológico de Quito, cuenta que “Sisa llegó al zoológico con una fuerza impresionante. Nos está cambiando la vida apresuradamente y nos empuja para que el zoológico dé pasos fuertes hacia nuevas maneras de cuidar a los animales. Además, nos contagia de su inocente ternura y explosividad. Miramos a Sisa y no dejamos de recordar el trabajo que hemos hecho en el Zoológico con otros osos que aquí vivieron, pero también de aquellos que pasaron una temporada bajo nuestro cuidado antes de volver a la naturaleza. Vemos que cada día, trabajando por la investigación de osos en los bosques montanos y los recursos invertidos para cuidarlos, tiene más sentido que nunca”.
Con este nuevo proyecto, el Zoológico de Quito reafirma su compromiso con el bienestar animal y la preservación de la fauna andina, apostando por un futuro donde la conservación y la educación ambiental vayan de la mano para el beneficio de toda la comunidad.
Sisa, una osa bajo cuidado humano
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De talla y peso inferiores al que debería tener a su edad, la osa llegó al Zoológico el 24 de noviembre del 2024. Semanas antes de su llegada se adecuó un espacio de cuarentena exclusivo para su cuidado. En conjunto con el equipo médico del Hospital Veterinario Planeta Vida de Latacunga, se realizaron exámenes clínicos, de laboratorio (hemograma, bioquímica, hormonas y enfermedades infecciosas) ecografía general y radiografías de cuerpo completo. La cachorra presentaba desgaste y fractura de piezas dentales, así como una leve desmineralización de algunos de sus huesos largos. En este tipo de casos, cuando existen crías que quedan huérfanas a tan temprana edad, lo que se espera normalmente es que no alcancen pesos ni tamaños de acuerdo a lo referenciado para la especie y la etapa fisiológica. Sisa está bajo el cuidado de diez personas del equipo de Bienestar Animal; como toda cría, requiere atención durante la noche y es monitoreada mediante cámaras.
Su dieta ha ido variando a lo largo de estos meses. Ha sido establecida con la asesoría de nutricionistas de fauna silvestre con experiencia en casos similares. No le ofrecieron lactoreemplazantes, pues, previamente su alimentación ya estaba compuesta por sólidos. En un inicio se le ofrecía papillas porque no quería ingerir alimentos de partículas grandes y fue necesario complementar con suplementos como Omega 3, vitaminas y calcio. Actualmente, su dieta contiene cárnicos, frutas y un balanceado especial que apoya su crecimiento.
Sus primeras acciones ante la presencia humana eran de temor; vocalizaba y se escondía mostrando un claro nerviosismo. Al haber sido separada de su madre a tan temprana edad, es importante otorgarle un lugar donde se sienta segura y, sobre todo, le permita desarrollar comportamientos propios de su edad que se darían en vida silvestre. El espacio donde actualmente se encuentra tiene cinco diferentes tipos de entornos compuestos por diferentes sustratos, tarimas, hamacas, tina con agua, refugios, vegetación y zonas que la estimulan física y cognitivamente.
Cada dos semanas se cambia la ambientación natural y todos los días se introducen diferentes tipos de enriquecimiento, como esencias de plantas. “Esto le permite experimentar con diferentes olores y texturas. Ella juega todo el tiempo, trepa, explora el grosor de los troncos, se sumerge en el agua. “A esta edad ella no debería estar sola (en vida silvestre permanecen junto a su madre hasta los 18 a 24 meses). Por ello se ha trabajado en la socialización con un cuchucho (Nasua nasua), lo que ha sido muy productivo para ella. Esta convivencia permite emular el juego que debería tener con otros cachorros de oso”, explica María Beatriz Cabezas, bióloga a cargo del cuidado comportamental.
La situación actual de una especie En Peligro
El oso andino (Tremarctos ornatus), que habita en las zonas montañosas desde Venezuela hasta Bolivia y el noroeste de Argentina, se ha consolidado como el carnívoro más imponente de la región. Sin embargo, la especie está catalogada regionalmente como vulnerable debido a una serie de amenazas que incluyen la deforestación para la expansión de la agricultura y la ganadería, la penetración de actividades humanas en áreas agrestes, la extracción de recursos naturales y la cacería.
En Ecuador, la situación es aún más alarmante, ya que desde 2021 se considera que la especie está En Peligro. Además, se ha incrementado el número de conflictos entre el oso andino y las comunidades rurales, especialmente por ataques a ganado, lo que resalta la urgente necesidad de establecer mecanismos de coexistencia que protejan tanto a la fauna silvestre como a las actividades productivas locales.
El QuitoZoo y su trabajo en la conservación de osos
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Actualmente, el Zoológico de Quito trabaja conjuntamente con el Gobierno Provincial de Imbabura para monitorear y gestionar la presencia de osos en zonas de conflicto. Mediante investigaciones de campo y el uso de collares satelitales, se activan respuestas emergentes cuando estos animales se aproximan a áreas habitadas, lo que ayuda a prevenir desenlaces fatales y mejorar la convivencia entre humanos y fauna. El rol del Zoológico de Quito es proporcionar el manejo técnico veterinario necesario durante la captura y el marcaje de los osos.
Desde 2019, el QuitoZoo investiga sobre la población de oso andino en la Cordillera del Cóndor. Esto ha permitido comprender en detalle la densidad poblacional de la especie en esta área. Además, se ha trabajado en la caracterización genética de los osos de la cordillera utilizando metodologías moleculares, lo que ha permitido identificar a esta población como distinta de otras. Este estudio se llevó a cabo en colaboración con la USFQ, y ha sido clave en el desarrollo de tecnología precisa para el trabajo con esta especie, un avance significativo, dado que antes se utilizaban métodos diseñados para otros osos. El principal hallazgo de estas investigaciones ha sido identificar que las diversas poblaciones de oso andino tienen una historia evolutiva particular, una información valiosa para la conservación que contribuirá a tomar decisiones más fundamentadas, centradas en preservar la diversidad genética como un bien primordial.
Mira aquí una miniserie dedicada a ‘Pablo’, un oso andino que se mantuvo durante más de veinte años bajo cuidado profesional en el QuitoZoo.