Una segunda cría de oso andino ha llegado a nuestra clínica

marzo 20, 2025
Su historia refleja una realidad que no podemos seguir ignorando. Recibimos el segundo caso de una cría de oso andino en el ultimo año.

Nos entristece informar que una nueva cría de oso andino fue internada en la clínica del Zoológico de Quito la tarde de ayer. Una historia que nos enfrenta nuevamente a la fragilidad de esta especie en nuestro país; las vidas de los osos andinos se están perdiendo debido a las presiones sobre los ecosistemas y la biodiversidad. Los bosques que el oso siempre habitó se reducen continuamente y se convierten en lugares inseguros para estos grandes mamíferos. Compartimos con ustedes nuestra preocupación, el futuro de este osezno aún es incierto, y como zoológico nos preguntamos: ¿qué podemos hacer para conservar al oso andino en sus montañas? Este caso, como los de otros osos, nos muestra, una vez más, que nos dirigimos rápidamente a un deterioro ambiental irreversible. La protección de esta especie no es solo un acto de compasión, es una necesidad para preservar el funcionamiento saludable de los ecosistemas en los que vivimos.

La historia de esta cría comenzó el 9 de marzo, cuando pobladores de Ambuquí, en el cantón Ibarra, informaron haber visto a una osa hembra intentando cruzar la carretera con sus dos crías. Una de ellas quedó atrás, separándose de su madre. Se reportó el hallazgo a la Prefectura de Imbabura y a la Unidad de Protección del Medio Ambiente (UPMA) de la Policía Nacional, cuando uno de los cachorros fue visto solo, arriba de un árbol. Pasaron varios días sin que la cría pudiera juntarse a su madre, hasta que alguien volvió a verla en una propiedad privada. De inmediato, la UPMA, en coordinación con el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) acudieron para el rescate. Tras ser resguardado, recibió atención veterinaria para estabilizarlo y luego trasladarlo a la clínica del zoológico para continuar con su recuperación. Es indescriptible lo que provoca verlo tan pequeño y vulnerable. Nuestro equipo de cuidado animal cuando vio su cara por primera vez sintió una tristeza profunda ante su sufrimiento. Pero la mirada de este oso también despierta el compromiso para atenderlo con toda la experiencia y el corazón. Nuestro compromiso institucional, desde el trabajo del equipo de Bienestar Animal, es hacer todo lo posible para sacarlo adelante. Esta historia nos dice una vez más que cada día, los osos andinos tienen menos espacio seguro donde sobrevivir. La supervivencia de los osos andinos depende de lo que hagamos hoy.

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