En el marco del proyecto “Nos vamos de naturaleza”, el Zoológico de Quito presenta sus nuevas guías de naturaleza, una propuesta para fortalecer el vínculo entre las familias quiteñas y los parques metropolitanos, desde la exploración, el juego, el arte y la ciencia. 

Estas guías están disponibles en formato impreso, digital y audible, y su diseño está planteado para acompañar recorridos por cinco espacios verdes icónicos de la capital: Itchimbía, Los Algarrobos, Bicentenario, Las Cuadras y Guangüiltagua.

El contenido fue creado a partir de caminatas exploratorias por los parques, en las que participaron educadores, ilustradores, diseñadoras, narradoras, fotógrafos y familias, quienes aportaron desde la experiencia directa ideas y herramientas para enriquecer cada visita.

Cada material propone una serie de experiencias que invitan a la conexión profunda con la naturaleza urbana: caminar descalzos, dibujar lo que se observa, escuchar con atención, contemplar la vida silvestre o simplemente detenerse y habitar el bosque. Esto y más puede ser revisado en la versión digital de las guías, ingresando a: https://parques.quitozoo.org/

“Las guías no son guías comunes, son compañeras de caminata que invitan a descubrir, explorar y sentir la naturaleza urbana”, explica Gabriela Arévalo, directora de Educación para la Conservación del Zoológico de Quito. 

Cinco guías, cinco formas de volver a mirar la ciudad

Cada parque, una experiencia. Cada guía, una invitación a redescubrir lo cotidiano desde una mirada más atenta y sensible. Estas rutas proponen desacelerar, observar, tocar, escuchar y reconectar con lo que nos rodea ingresando a https://parques.quitozoo.org/

• Parque Itchimbía: El Parque Itchimbía, en el centro de Quito (calle José María Aguirre N4-108 y Concepción), se asienta entre los barrios El Dorado y La Tola. Ubicado en la cima de un cerro sagrado, es un mirador natural que resguarda la biodiversidad y la memoria. Se propone observar desde las alturas el entramado urbano, descubrir los silencios del pasado y dejarse inspirar por el paisaje. Para quienes trabajan y estudian en el parque el mirlo, las hierbateras y el árbol de cholan son los personajes representativos de sus senderos.  
• Parque Los Algarrobos
  Ubicado en Cumbayá, a lo largo de la avenida Francisco Orellana, el Parque Los Algarrobos es un remanente de bosque seco que bordea el río San Pedro. Este espacio natural resguarda una valiosa biodiversidad y ofrece un entorno propicio para reconectar con la naturaleza. Aquí, el recorrido se guía al ritmo del río. La guía invita a crear con la hojarasca, soñar junto a los colectivos que trabajan por la recuperación del río San Pedro y seguir un mapa sonoro tejido por aves, insectos y el agua en movimiento. La falsa coral y el árbol de algarrobo son las especies nativas que representan el espíritu de este parque.
• Parque Bicentenario
  Situado en el norte de Quito, sobre la antigua pista del aeropuerto Mariscal Sucre (avenida Amazonas), el Parque Bicentenario es hoy un espacio verde que promueve la biodiversidad y la vida comunitaria. Caminar por sus senderos es recorrer una memoria urbana en transición, donde la infraestructura se resignifica en clave natural. Las guabas y los quilicos son las especies que simbolizan la fauna que habita este parque en transformación.
• Parque Las Cuadras
  En el sur de Quito, entre las avenidas Rumichaca y Amaru Ñan, se encuentra el Parque Las Cuadras, un espacio atravesado por el río Machángara. Funciona como un laboratorio vivo para la germinación de semillas nativas y alberga el sendero La Rana Rin-Rin, creado para proteger a los anfibios del sector. La guía de este parque propone seguir el rastro de las semillas entre los senderos del sur, escuchar el canto de las ranas y las historias que sus árboles bicentenarios susurran sobre la ciudad. Aquí, la rana marsupial y el árbol de tilo representan la vida silvestre que habita este ecosistema urbano.
• Parque Guangüiltagua
  En el norte de Quito, sobre la calle Guangüiltagua, en el Batán Alto, el Parque Metropolitano Guangüiltagua se extiende como un refugio natural entre quebradas y pendientes. Dominado por antiguos eucaliptos, su territorio vive un proceso de regeneración con especies nativas, que le devuelve al bosque andino su diversidad original. Este parque invita a contemplar el horizonte, rastrear las huellas del pasado y reencontrarse con las tradiciones vivas de la comuna Miraflores. La guía propone una escucha profunda del paisaje, donde el quinde herrero y el árbol de arrayán acompañan el recorrido por una naturaleza que también es memoria.

La producción de estas guías contó con apoyo financiero de Fundación Ñeque y Fundación Zoológica del Ecuador. Están disponibles gratuitamente en la página web del Zoológico de Quito y serán compartidas en otros espacios comunitarios a lo largo del año. Además, cada guía incluye códigos QR que permiten acceder a una guía sonora, videos e historias, extendiendo la experiencia más allá del papel.

Daniela Cevallos, directora técnica de Fundación Ñeque, comentó que con este proyecto “se abren nuevas formas de recorrer y sentir la ciudad”. Ella considera que las guías son herramientas cruciales “para fortalecer el tejido social y activar el sentido de comunidad”. También destaca que para la organización que representa es prioridad apoyar iniciativas “que ponen en el centro a la ciudadanía y su derecho a vivir en espacios públicos seguros, inclusivos y vivos”.

Una primera experiencia en Los Algarrobos

El domingo 22 de junio, en el Parque Los Algarrobos de Cumbayá, se llevó a cabo el primer encuentro del equipo de Educación del Zoológico de Quito con la comunidad, para estrenar la guía inspirada en ese espacio. Varias familias se sumaron a este evento que se desarrolló paralelamente a la minga del río San Pedro, impulsada por el colectivo Rescate del Río San Pedro, una organización que también aportó en el proceso de producción de las guías de naturaleza.

“Para nosotros fue muy importante haber contribuido en este proceso, y que el río sea uno de los protagonistas  en la guía, para enseñar a la gente cómo el río es el centro del ecosistema y cómo nos permite reconectarnos con la naturaleza”, expresó Maribel Pasquel, coordinadora del colectivo. 

Alexandra Valarezo, una de las asistentes a la experiencia en el parque Los Algarrobos, destacó que “es un trabajo exquisito, de mucho conocimiento del lugar, de nuestros parques, con aportes relevantes sobre los animales, sobre las plantas, sobre el río”. Con ella coincidió Daniel Zapata, otro participante de la actividad, quien mencionó conocer muy bien el bosque, el río y el parque en general, y consideró oportuno recorrerlo con “actividades nuevas, que nos cuenten cosas distintas, que nos provoquen sensaciones nuevas respecto al parque”.

Quito: un llamado a reconectar

Aunque la ciudad cuenta con un promedio de 10.3 m² de áreas verdes por habitante —ligeramente por encima del estándar de la OMS—, en las zonas periféricas, el acceso a parques es limitado, especialmente para niñas y niños.

Estudios internacionales sugieren que niños y niñas de entre 0 y 12 años deberían pasar al menos una hora diaria al aire libre para favorecer su desarrollo físico, emocional y cognitivo. Sin embargo, factores como la escasez de espacios verdes accesibles, la inseguridad y el incremento del tiempo frente a pantallas dificultan este contacto con la naturaleza.

Las guías de naturaleza del Zoológico de Quito surgen como una herramienta concreta ante este escenario. En este inicio de verano en la ciudad, las familias quiteñas cuentan con esta alternativa oportuna para vivir experiencias nuevas y significativas en contacto con la naturaleza urbana.

Gabriela Arévalo acotó que “es una propuesta creada de manera colaborativa, que lleva a vivir y explorar los parques como espacios restaurativos, especialmente para las infancias. Caminatas simples, juegos sensoriales y momentos de observación pueden abrir nuevas formas de relación con el entorno”.