Si quieres que un niño/niña
escuche su corazón,
empieza enseñándole
a escuchar el viento,
la lluvia y a los
pájaros más pequeños.
Nicolette Sowder
WAWAS fue seleccionado entre 33 iniciativas de la decimoquinta Convocatoria de Fondos Concursables del Fondo Ambiental de Quito, junto a la Unidad Patronato Municipal San José y la Secretaría de Ambiente. Durante los próximos 12 meses, el Zoológico trabajará con las entidades municipales en la ejecución del proyecto, desarrollando un programa de aprendizaje en la naturaleza y construyendo espacios, materiales y experiencias que reconozcan a la primera infancia como sujeto de derechos, merecedora de entornos pensados y adecuados para su desarrollo integral.


Tres componentes para reconectar infancia y naturaleza


Un proyecto con raíces y futuro
Los pilares que guían WAWAS reflejan la esencia de la misión del Zoológico de Quito:
- La naturaleza como derecho y aula viva, que potencia el desarrollo infantil desde el vínculo con la biodiversidad.
- Espacios sensoriales y de juego al aire libre, donde el aprendizaje ocurre a través del cuerpo, la emoción y el descubrimiento.
- Crianza respetuosa y pedagogía sensible, que reconoce a la niñez como protagonista activa de su aprendizaje.
- Transformación ecosocial y revalorización cultural, que rescata las raíces andinas y fortalece el cuidado colectivo del territorio.
Gabriela Arévalo añade que WAWAS involucra activamente a familias y cuidadores, generando espacios de buena crianza y bienestar. “Se basa en un enfoque lúdico y experiencial, que prioriza el juego y la exploración en contacto con la naturaleza. Integra saberes locales y raíces andinas para fortalecer la identidad cultural desde una perspectiva biocultural, proponiendo además una innovación educativa en espacios públicos que articula pedagogías contemporáneas, materiales naturales y diseño restaurativo.”
El proyecto estará a cargo de un equipo interdisciplinario de aproximadamente 10 personas, entre especialistas en pedagogía, educación ambiental, urbanismo y arquitectura. Su implementación dependerá también de la participación activa del equipo del zoológico, de las familias y de las infancias.


Quienes conforman este equipo cuentan con experiencia relacionada al objetivo del proyecto, como María Mayorga, educadora social y periodista, una de las pioneras del desarrollo y divulgación de la Educación en la Naturaleza y la Pedagogía de los Cuidados y de la Naturaleza en España, junto a Bibiana Marful, pedagoga especialista en Intervención Sociocomunitaria que también forma parte del equipo de WAWAS.
Además, Gabriela Arévalo, gestora y directora de esta iniciativa, ha liderado proyectos desde el Zoológico de Quito que también promueven experiencias significativas de la infancia cerca de la naturaleza, junto a Paulina Sevilla y Ana Arias, educadoras ambientales de este centro de rescate que también serán parte de WAWAS, quienes cuentan con amplia experiencia en el desarrollo de actividades y procesos que fomentan en niños y niñas el hábito de crecer en entornos naturales.
También tendrán participación activa María Elena Rodríguez, psicóloga social y ambiental, Ricardo Buitrón, sociólogo con experiencia en proyectos relacionados a la ecología urbana y Denisse Carrillo, abogada urbanista e investigadora social. Ellos son parte del equipo de Asilvestrar, un grupo de profesionales que trabajan por la regeneración ecológica urbana que propicie espacios públicos más amigables dentro de las ciudades, y que igualmente serán parte de WAWAS.



En un mundo cada vez más alejado de lo natural, WAWAS nace como respuesta a la falta de espacios donde las infancias puedan crecer, jugar y aprender con la vida. Este proyecto busca devolver a la niñez su derecho a explorar, sentir y construir una relación profunda con la naturaleza. De esta manera, el Zoológico de Quito reafirma su compromiso con la conservación, la educación y la infancia. Durante el próximo año, su equipo trabajará en co-creación con familias, educadores y aliados para hacer realidad un sueño compartido: que cada niña y niño pueda crecer en contacto con la vida, reconociéndose como parte de ella.