Nuestro departamento de Bienestar Animal se hizo cargo de un abundante grupo de especímenes que permanecían bajo cuidado en un centro de rescate situado en Imbabura que cerró sus puertas. El Ministerio de Ambiente y la Unidad de Policía del Medio Ambiente colaboraron en el traslado.
La carencia de infraestructura adecuada que confiera comodidad y seguridad, la falta de alimentos apropiados que sustenten una buena nutrición, la ausencia de un equipo profesional con experiencia en cuidado y manejo de fauna silvestre ex-situ, fueron algunos factores que condenaron a cerrar las puertas de un centro de rescate de animales víctimas del tráfico ilegal, situado en San José de Chaltura, parroquia rural del cantón Antonio Ante de la provincia de Imbabura. Esta situación es el reflejo de la precaria realidad que soportan varios lugares que cumplen con esta función, porque no cuentan con ingresos suficientes, financiamiento adecuado, ni apoyo estatal para cubrir las necesidades básicas mencionadas ni acompañamiento técnico que supervise el bienestar animal.
Las consecuencias de las circunstancias descritas las sufrían 35 animales, entre aves, reptiles y primates, que permanecían en espacios donde era imposible generarles algún tipo de bienestar. La decisión de cerrar el lugar pudo haber implicado que estos especímenes queden desamparados, pero el Zoológico de Quito, en coordinación con la oficina técnica de Ibarra de la Dirección Zonal 1 del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, asumió la responsabilidad de recibir a este grupo de animales y hacerse cargo temporalmente de su cuidado.
Alan García y Fabián Zambrano, zoocuidadores del equipo de Bienestar Animal del Zoológico de Quito, acudieron el miércoles 1 de septiembre del 2021 hasta el centro de rescate para apoyar en el traslado hacia Guayllabamba. Según describieron, las condiciones que encontraron en el sitio evidenciaban que los animales se mantenían allí bajo un cuidado defectuoso que lo realizaba una sola persona. Por ejemplo, Alan lamentó que tres tortugas mordedoras se encontraban sumergidas “a casi un metro de profundidad de lodo que les alcanzaba hasta las orejas”, en una piscina que fue vaciada en la víspera del traslado, pero aún con agua estancada y en un ambiente de mal olor. Fabián, por su parte, contó que el único cuidador admitió que debido a la escasez de recursos la alimentación para los animales era improvisada, por lo que carecían de una dieta adecuada para cada especie.
Para asegurar un traslado adecuado, Alan y Fabián coordinaron las diversas tareas de logística con los funcionarios del Ministerio de Ambiente. Alan organizó, junto con una especialista de fauna silvestre de esa entidad, la manera en la que iban a ser distribuidos los animales para la movilización, basándose en una prolija clasificación de las especies.
Fabián se encargó de la ambientación y seguridad de los transportines (o kennels), para que los primates, aves y tortugas no tengan inconvenientes durante el viaje. Además, verificó la distribución en los vehículos, para asegurar una movilización correcta. Igualmente, ambos hicieron las contenciones de aves y primates, mientras la gente del ministerio manejó a los reptiles.
Durante el viaje desde Chaltura hacia Guayllabamba, en el que también existió apoyo de agentes de la Unidad Nacional de Policía de Protección del Medioambiente (UNPAMB), se efectuaron dos paradas para verificar que los animales vayan bien, sin que se registren hiperventilaciones, shocks de calor o alguna alteración de su salud por efecto del traslado. La ventaja de esta movilización fue que esta se realizó dentro de la misma región Sierra y no hubo cambios drásticos de clima o altitud
El Zoo de Quito se preparó para atender esta emergencia
La tarde del 1 de septiembre, Fabián, Alan, personal del Ministerio de Ambiente y de la Policía del Medio Ambiente, arribaron al Zoológico de Quito después de 4 horas de viaje. Nuestro equipo de Bienestar Animal preparó con anticipación toda la infraestructura e insumos indispensables para recibir adecuadamente a cada uno de los especímenes.
De acuerdo con la Guía de Movilización de estos animales, documento oficial proporcionado por los funcionarios del Ministerio de Ambiente que fueron parte del traslado, al Zoo de Quito llegaron: 3 tortugas mordedoras, 8 tortugas motelo, 5 tortugas pintadillas, 1 tucán de mandíbula negra, 2 pericos, 4 loras alinaranjas, 2 loros cabeciazules, 1 catarnica, 2 loros frentirojas, 2 loras coroniamarillas, 1 perico caretirojo, 1 pavo real y 3 monos capuchinos.
Con el fin de efectuar una evaluación inicial para determinar el estado de salud con el que llegaron estos animales, el equipo veterinario del Zoo hizo un chequeo de su condición física y comportamental. Actualmente se encuentran bajo observación y a la espera de resultados de laboratorio para determinar con exactitud sus estados. En esta primera valoración se detectaron anomalías en la condición corporal de la gran mayoría de especímenes, alteraciones en estructuras óseas, deficiente calidad de plumas, así como golpes y mordidas en caparazón de algunas tortugas. Para cada individuo fue asignado un espacio donde se mantendrán bajo supervisión del equipo de Bienestar Animal hasta que se determine si continuarán bajo nuestro cuidado o si son trasladados hacia otros centros de rescate.
Además, nuestras zoocuidadoras se encargaron de alimentarlos, limpiarlos y brindarles condiciones adecuadas para comodidad y seguridad de los individuos.
David Mora, director del departamento de Bienestar Animal del Zoológico de Quito, explicó que este numeroso arribo de animales implicó sumar una persona fija al equipo que se encarga del cuidado diario de los individuos que permanecen en cuarentena de la clínica, donde también se encuentran estos especímenes que llegaron. Además, acotó que si durante todo el 2020 recibieron alrededor de 200 animales, solo esta llegada representa el 17% de esa cifra, lo cual demandará mayores recursos para abastecerse de alimentos, insumos veterinarios, realización de exámenes de laboratorio, entre otros requerimientos indispensables que hagan posible atender todas las necesidades nutricionales y médicas de los 35 animales y del resto que habitan en el Zoo.
Por su parte, Bolívar Montenegro, responsable de la oficina técnica de Ibarra de la Dirección Zonal 1 del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, aseguró que “ninguna especie presenta cuadros críticos” de salud. También explicó que el motivo de este traslado respondió a que los administradores del centro de rescate donde vivían ya no estaban en condiciones de seguir manteniendo a estos animales; recalcó en que la provincia de Imbabura es una zona de frecuente tránsito y tráfico ilegal de especies silvestres, por lo que mencionó que desde hace años “ha habido plena y efectiva coordinación entre el Zoológico de Quito y la Dirección Zonal 1 para atender casos de tráfico” desde ese sector del país, para lo que también ha existido colaboración de la Unidad Nacional de Policía de Protección del Medioambiente.
De acuerdo con cifras recabadas por El Comercio, en los primeros siete meses del presente año, la Policía del Medio Ambiente ha decomisado 3.821 especímenes de fauna silvestre en Ecuador, lo que significa que cada mes se rescatan entre 400 y 700 animales, víctimas del tráfico ilegal. Es importante recordar que cualquier práctica ilegítima o nociva que sufra un animal, debe ser denunciada al 911 o al al 1-800 Delitos.