De martes a jueves, el centro tendrá juegos y experiencias para que niños, niñas y adultos interactúen con el entorno natural, mientras aprenden sobre las especies endémicas del Ecuador. Entre las acciones propuestas para este mes, se encuentran:
#NosFuimosALaNaturaleza
Todos los martes y miércoles de agosto, los visitantes podrán participar de una propuesta pedagógica de exploración en los senderos del bosque seco, un ecosistema que alberga una gran biodiversidad de flora y fauna, dentro del Zoológico de Quito.
A la entrada del centro de rescate, se distribuirá una divertida guía con retos, adivinanzas y juegos, a través de los cuales, las familias aprenderán a descubrir árboles nativos, identificar aves, percibir los secretos de este ecosistema, y lo más importante: conectar su cuerpo, mente y corazón con la naturaleza.
Esta actividad es ideal para todos los miembros de la familia. Los grupos que concluyan la lista de las actividades recibirán un reconocimiento por parte del Zoo de Quito.
Cuentos silvestres
Los miércoles 19 y 26 de agosto, de 11h00 y 15h00, las familias podrán sumergirse en el mundo de los cóndores, los jaguares y los guacamayos. Despertarán a su artista interior y dibujarán las historias de los animales para ser parte de un libro colaborativo que el Zoológico de Quito está creando, para mostrar desde la mirada de los más pequeños esa percepción que tienen del mundo animal, su relación con la cultura ancestral, sus amenazas y el trabajo de los centros de rescate.
Rapaces en Vuelo
Todos los jueves a las 12h00 y 15h00, el zoológico tendrá pruebas de vuelo con aves que han sido rehabilitadas y están recuperando su capacidad de volar. Podrán conocer de cerca un águila pechinegra, un gavilán variable y un gallinazo de cabeza negra; sus historias y relación con el ecosistema transmitirán la importancia de estas aves en la naturaleza.
«Es una invitación que hacemos a la comunidad para profundizar en nuestra relación con la naturaleza, abrir nuestros sentidos a escuchar, mirar y sentir el bosque seco de Guayllabamba mientras recorremos senderos donde habitan diversidad de especies nativas. Esta exploración pedagógica nace del interés del Zoo de Quito de continuar con sus objetivos de proponer a nuestros públicos procesos de educación ambiental, y en este caso, el escenario natural del Zoo es ideal para permitir que la naturaleza se manifieste y despierte curiosidad en las familias por el mundo natural», comenta Gabriela Arévalo, directora de Educación para la Conservación del centro.
El Zoológico de Quito está abierto de lunes a domingo, de 09h00 a 16h00. El costo de las entradas es de $6 para adultos; $4 para niños y niñas mayores de 3 años y $3 dólares para tercera edad. Los boletos pueden ser adquiridos en https://www.buenplan.com.ec/event/Zoolidarizate y en las boleterías del centro.
A lo largo del recorrido, el zoológico cuenta con la señalización respectiva para que los visitantes circulen en una sola dirección y mantengan el distanciamiento entre familias. En las instalaciones existen baños y lavabos para el aseo de manos. Al ingreso se realiza toma de temperatura. El uso de la mascarilla es obligatorio para visitantes y personal encargado. Todas las normas de bioseguridad implementadas están detalladas aquí: https://www.quitozoo.org/el-regrezoo/
Interactuar con la naturaleza: un beneficio para el desarrollo integral
Relacionarse con el entorno natural es una acción esencial para el desarrollo integral de las personas. A más del beneficio físico que generan las actividades al aire libre, el contacto con la naturaleza mejora el estado de ánimo y reduce la ansiedad. Además, beneficia las relaciones sociales, despertando sentido de comunidad y más empatía en las personas.
“Nuestra especie necesita del entorno verde”, expresa Pamela Tello, psicóloga educativa y neuro-psicóloga clínica. Esta profesional destaca que entrar en contacto con la naturaleza ayuda a preservar estable nuestro sistema nervioso, ya que “caminar oxigena el cerebro, favorece la circulación y tenemos la mente despejada”.
Tomando en cuenta el contexto de emergencia sanitaria que aún se mantiene vigente en Ecuador y el mundo, la especialista explica que el encierro genera angustia, estrés e, incluso, puede desarrollarse el Síndrome de la Cabaña, que se manifiesta especialmente en el miedo a salir de casa por el riesgo de contagio que eso implica.
“Reconectarse con la naturaleza permite tener esa serenidad mental que el encierro te quita, siempre y cuando se cumpla con todas las medidas de seguridad como las que se han implementado en el Zoológico”, señala la especialista. Además, acota que esta reconexión con lo natural también es necesaria para la gente que trabaja desde casa y está expuesta constantemente a los dispositivos electrónicos, porque respirar aire puro aminora el agotamiento físico y mental provocados por el teletrabajo.
Ante esto, el Zoológico de Quito se presenta como una de las mejores opciones para disfrutar las vacaciones en familia, en un permanente estado de contacto con la naturaleza. Asimismo, con su visita, los turistas colaboran para sostener la labor de este centro de rescate que alberga a más de 600 animales silvestres, rescatado del tráfico, el maltrato y la mascotización.