Desde el 7 de julio de 1996 se conmemora esta fecha en el país, en honor al cóndor andino, ave emblemática del Ecuador y de las tradiciones culturales de la región andina. El propósito de establecer esta fecha nacional fue con motivo de hacer un llamado urgente a la sociedad para reforzar los compromisos colectivos que hacen falta para su conservación.

Cóndores envenenados, disparados y amenazados por fauna urbana abandonada en los páramos

Durante los últimos dos años, las amenazas que enfrenta el cóndor andino en el país no han cesado. Y si bien las acciones urgentes han sido constantes para rescatar cóndores disparados con perdigones alojados en sus cuerpos (Arca, 2019, Iguiñaro, 2020; y Gualabí 2021), posteriormente se han reportado dificultades e incertidumbre sobre su regreso al estado silvestre, ya que ha sido necesario socorrer a pichones de cóndores que han tenido accidentes en los primeros intentos de vuelo (Kayambi, 2019; y Chitachaka 2020).

Los envenenamientos de cóndores eran recurrentes en países como Colombia, Chile y Argentina. En Ecuador, el envenenamiento por el uso de agrotóxicos se registró por primera vez a finales del 2018, cuando la cóndor Ami (con la marca # 7 en sus alas) fue encontrada muerta en la provincia de Cotopaxi (diciembre, 2018). Posteriormente, otros dos cóndores fueron envenenados y el auxilio veterinario de los especialistas del GNTCA consiguió restablecer su salud y devolverlos al medio natural (Morro y Aláquez). La denuncia repetida de los envenenamientos trajo el reporte no confirmado de pobladores locales, también en la provincia de Cotopaxi, de que al menos una decena de cóndores habrían muerto envenenados en un solo evento en 2019 en los páramos orientales de esa provincia y sus cadáveres habría sido enterrados.

La problemática de los envenenamientos revela conflictos socioambientales que dirigen la mirada a las zonas de páramo donde existen condiciones de pobreza, complejidades extremas en los sistemas agroproductivos y ausencia de servicios y asistencia para la población. Por otro lado, los envenenamientos a cóndores ocurren como consecuencia secundaria de un problema que tiene como protagonistas a los perros abandonados, que se han convertido en una amenaza para los animales de cría en zonas rurales. El veneno dirigido de manera primaria a estos perros que atacan a borregos y vacas, una vez muertos, afecta a los cóndores que en su calidad de carroñeros también se envenenan y mueren al comerlos.

Acciones desde la conservación 

En Ecuador, el Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino (GNTCA) agrupa a distintas organizaciones de la sociedad civil que, bajo reconocimiento y regulación de la autoridad ambiental nacional, dirigen sus esfuerzos para cumplir con las líneas establecidas en el Plan Nacional para la Conservación del Cóndor Andino en Ecuador, un documento elaborado en 2018 de manera colaborativa entre varias instituciones en donde se delinean las principales acciones que se deben priorizar en la próxima década para asegurar la persistencia de la especie.

Las acciones estratégicas para asegurar la supervivencia de los cóndores también cuentan con un Plan de Reproducción Ex Situ, que involucra a zoológicos y centros de rescate para promover una población, que bajo condiciones de manejo técnico, sea una garantía de diversidad genética y brinde refuerzo a las poblaciones silvestres a mediano plazo.  En años recientes se cuenta de manera positiva dos nacimientos de pichones (Toa e Illapa) bajo la planificación entrelazada de seis centros a nivel nacional.

Pese a los esfuerzos para implementar acciones que aseguren la conservación del cóndor andino en el país, de manera recurrente, la falta de recursos económicos representa el mayor impedimento para lograrlo. A pesar de la priorización que se ha hecho sobre esta especie, esto no se traduce en la asignación de recursos por parte del Estado central, para quien la conservación del cóndor todavía es nominal y no se invierten los recursos específicos para implementar el Plan de Acción. Las discusiones en la agenda ambiental nacional no reconocen con hechos al cóndor como prioridad y los problemas que afectan a la especie continúan desatendidos.

El Plan de Acción para la conservación del cóndor andino en Ecuador también sugiere el trabajo articulado con gobiernos locales para atender los problemas desde el reconocimiento específico de lo que sucede localmente y así plantear soluciones desde la gestión del territorio. Varios gobiernos locales han empezado a implementar soluciones para conservar a la especie, y en este sentido, se puede destacar el papel asumido por el Prefecto de Cotopaxi, quién se ha comprometido a ser un “Guardián del Cóndor”.

Las cifras sobre la población del cóndor andino a nivel nacional despiertan gran preocupación entre las organizaciones que conforman el Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino, por esto, durante el mes de julio, el GNTCA estará compartiendo en sus redes sociales, historias de treinta cóndores ecuatorianos que han sido víctimas y protagonistas (de 1996 a 2021), de las amenazas que acechan a esta especie en el país.

Se invita a la ciudadanía a seguir de cerca, compartir y replicar las historias de rescates, rehabilitación, liberación, y fin de aquellos cóndores que murieron en vida silvestre a causa de ataques directos por acción humana. También se invita a conocer el trabajo de marcaje de cóndores para su monitoreo satelital, con el fin de investigar y descubrir más sobre esta especie. El objetivo es que la ciudadanía conozca una parte de la historia de esta especie emblemática que está en peligro de extinguirse, y a partir de ello, se sienta interpelada y empoderada para asumir acciones específicas que contribuyan con la conservación del cóndor andino.

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